Las entidades del Tercer Sector y la economía social estrechan poco a poco sus lazos porque buscan objetivos comunes. Sus caminos tienden a cruzarse. No obstante, se empiezan a detectar “distorsiones” capaces de ralentizar este proceso. Francisco López y Segarra, presidente de Patim reflexiona sobre este desencuentro y la necesidad de ajustar las alternativas que han surgido bajo el paraguas de las finanzas éticas a las inquietudes reales de la mayoría de las organizaciones que constituyen el actual tejido asociativo, las pequeñas ONG.

¿Son las entidades del tercer Sector organizaciones de economía social?

Deberían serlo todas. No podemos permitir multinacionales del Tercer Sector y no me refiero a las plataformas que nos agrupan, sino a aquellas organizaciones que buscan el negocio y la plusvalía. Porque dejan de ser entidades de economía social. Esta percepción me llega desde el mundo del voluntariado, de personas que están dando su tiempo y su compromiso a lo que descubren que son “macroempresas” de servicios. Están ´camufladas´ como organizaciones sociales y su peso se ha acentuado durante la crisis. Los sindicatos también están preocupados por esta situación.

¿Y cuáles son las consecuencias?

Su volumen y peso político, dentro y fuera de las plataformas en las que se integran, les facilita que sean capaces de desviar la atención hacia compromisos singulares. Donde suelen tener una posición privilegiada. Pueden incluso desequilibrar las federaciones de entidades locales porque sus necesidades, inquietudes y objetivos son, muchas veces, distintos. Creo que se está confundiendo, de forma interesada, la necesidad de profesionalizar las estructuras de las ONG y la importancia de buscar fuentes de financiación alternativas. Porque no se puede utilizar a las pequeñas entidades para alcanzar objetivos ‘empresariales’.

Tras la crisis económica, muchas organizaciones se han propuesto como una prioridad romper la dependencia económica de la financiación pública en sus presupuestos ¿Cree que se generan desigualdades en las convocatorias, concursos, subvenciones de las distintas administraciones?

Sí, es evidente. Muchas veces la competencia está dentro de las entidades de economía social en lugar de hacer un pulso común con el mundo lucrativo.

¿Qué razones han llevado a Patim a formar parte de distintas plataformas de economía social y a defender un modelo de finanzas alternativo a la banca tradicional?

Como organización sin ánimo de lucro somos conscientes de que tenemos unos rasgos que nos diferencian del sector empresarial y la administración. No podemos conformarnos con ser meros receptores de las buenas prácticas de estos dos sectores, consolidando un modelo tradicional de beneficencia. Debemos tener un papel activo y adaptado a la realidad a la que intentamos dar una respuesta. Tenemos que controlar y evaluar el impacto que generamos al desarrollar nuestra actividad y promover entre nuestros grupos de interés ese compromiso. También transmitir a otras entidades como la nuestra, otras alternativas de financiación y finanzas éticas

¿Qué es lo que les motiva en la actualidad para continuar formando parte de diferentes redes de economía social?

Nuestra motivación no ha cambiado desde que empezamos este camino, seguimos creyendo en las finanzas éticas y en la necesidad de implicar a otras entidades. ENCLAU, Fiare y REAS tienen objetivos distintos y complementarios, aunque desde fuera puede que se confundan. Por eso, creo que uno de nuestros compromisos a corto plazo es trabajar porque la sociedad conozca lo que hacemos a través de cada una de estas plataformas y se sume a estos proyectos. Por otra parte, pensamos que es imprescindible que la banca ética se adapte a las necesidades del Tercer Sector para que éste no tenga que acudir a realizar sus operaciones financieras con la banca tradicional.

¿Qué podéis aportar al trabajo que se está haciendo para impulsar una alternativa?

No podemos ser meros espectadores. Debemos ser proactivos. Nuestra aportación es la misma que pedimos al resto de entidades. Queremos conseguir un sistema socioeconómico más justo a través de la promoción y gestión de finanzas alternativas, éticas y solidarias en la Comunidad Valenciana mediante el trabajo en red de las personas y las organizaciones. En concreto, promoviendo lo que se nos transmite desde ENCLAU, REAS y Fiare en la ciudad de Castelló y el movimiento asociativo del que formamos parte de forma activa. Somos conscientes que es necesaria más formación y sensibilización para desarrollar finanzas éticas alternativas y así poder incorporar a más socios. También es necesario trabajar de forma específica la comunicación en todas sus dimensiones.