Ocho de cada diez personas atendidas en los centros de día son hombres. Y en su conducta adictiva también están muy presentes actitudes heredadas, propias de una masculinidad hegemónica que es necesario revisar para avanzar en su tratamiento. Por ello, desde ASECEDI se mantiene desde hace años un trabajo específico para abordar la perspectiva de género con las personas –hombres y mujeres- que acuden a estos recursos especializados y también en la formación de los equipos profesionales para consolidar el proceso de deconstrucción de la masculinidad.
“Hay que apostar por la educación sin ideología, no se trata de educar en género, sino en valores; en respeto hacia un hombre, una mujer y hacia sí mismos para romper la reproducción social de las desigualdades”, remarca el presidente de Patim, que ha participado en las jornadas organizadas por ASECEDI en colaboración con la Universidad Pontificia de Salamanca sobre jóvenes, adicciones y micromachismos.
“Creemos que se debe deconstruir la forma tradicional de ser hombre” explica en una entrevista concedida a ABC “erradicando la agresividad y la violencia pero no solo contra la mujer, sino en todos los aspectos de la vida familiar”.