UNAD, la Red de Atención a las Adicciones, y el Grupo Social LARES ha presentado el estudio ‘Personas mayores y adicciones: un diagnóstico de LARES y UNAD, con perspectiva de género’ con el objetivo de realizar una radiografía sobre la realidad que viven estas personas para así conocer sus necesidades y trabajar de una manera integral. La muestra del estudio se ha centrado en personas mayores de 55 años, usuarias de los recursos de atención de la red UNAD y la Fundación Lares, teniendo en cuenta el envejecimiento precoz que se produce cuando se han consumido sustancias a lo largo de la vida. Así, la edad media de la muestra se fija en 79,35 años y son personas con un alto grado de autonomía en las actividades de la vida diaria.

Entre los principales datos se desprende que el 52% de las personas encuestadas ha consumido alcohol y/o tabaco en los últimos 12 meses, una cifra que baja al 44,8% en el caso de las mujeres. En relación con las sustancias ilegales, el 9,8% ha consumido alguna o varias de ellas en el último año. Por otro lado, el 42% ha jugado y/o apostado en el último año, una cifra que crece hasta el 52,6% en el caso de las mujeres y que se mantiene en el 47,4% en hombres.

En relación con las sustancias farmacológicas, el 56% de las personas entrevistadas reconoció haber tomado fármacos como ansiolíticos y/o antidepresivos en el último año. Este subgrupo de farmacología tiene una edad media de 78,70 años y un 64% de las personas que lo forman son mujeres. Además, destaca que con este consumo de sustancias se tienen bajos niveles de percepción del riesgo de conductas adictivas.

El presidente de la red UNAD, Luciano Poyato, ha explicado que “cuando hablamos de mayores y adicciones es importante poner el foco en normalizar que la población envejece y esto no significa necesariamente que determinados consumos desaparezcan de la vida de las personas por cumplir años”. De hecho, ha asegurado que los consumos pueden mantenerse o incluso iniciarse independientemente de la edad de las personas.

Teniendo en cuenta los resultados del ámbito cualitativo, la investigación muestra que existe una doble estigmatización que recae sobre las personas mayores que consumen, por razón de edad y consumo, que se eleva hasta el triple en el caso de las mujeres. Además, se observa que, debido a esto, las mujeres llegan más tarde y en peores condiciones, tanto físicas como psicológicas, a los recursos de atención.

Con estos datos sobre la mesa UNAD y LARES realizan una serie de propuestas para mejorar la atención de este colectivo, que pasan por formar a profesionales en envejecimiento y adicciones, crear recursos específicos, adaptar los ya existentes desde una perspectiva integral, realizar terapias de apoyo psicológico de mayor duración y frecuencia, así como crear protocolos para la atención de las entidades y fomentar el estudio y la investigación en este ámbito, poniendo el foco en las mujeres.

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