La Asociación Española de Fundaciones (AEF) se opone rotundamente al anteproyecto de Ley de Fundaciones que ha aprobó a finales de agosto el Gobierno en Consejo de Ministros. Para la AEF se trata de una reforma que el sector fundacional no ha pedido, ya que con el anterior texto se podía trabajar, tan solo había que cumplir su contenido.

La Asociación opina que se trata de un modelo intervencionista por parte de los poderes públicos en el funcionamiento de las fundaciones, limitándolas en muchas áreas. Esto lleva a un régimen concesional en el que existe una exigencia de autorización previa de actos y negocios jurídicos por parte del Protectorado, evitando así la fluidez en la gestión de los procedimientos.

Desde Patim, miembro de la AEF, se remarca en que el anteproyecto debería tener más en cuenta el origen, dimensiones y fines de estas entidades “para no generar discriminaciones” dada la diversa tipología de fundaciones que existe.

Para la AEF de nada sirve una regulación intervencionista sin un protectorado moderno y adecuadamente dotado. En este sentido, desde hace 20 años, la Asociación viene pidiendo la puesta en marcha del protectorado y registro único de fundaciones de competencia estatal, ya previsto en la legislación de 1994, como la forma más eficaz de respetar la autonomía de funcionamiento y gestión de las fundaciones y la salvaguarda del fin de interés general al que sirven.

Asimismo, las fundaciones son entidades financiadas mayoritariamente con fondos privados y sirven al interés general, por lo que su peso es muy importante en áreas como la asistencia e intervención social, la educación, la investigación o el medio ambiente. Además las fundaciones son un reflejo de la iniciativa de individuos y entidades que quieren contribuir a la realización de fines de interés general y recuerda que la Ley de Fundaciones desarrolla el derecho de fundación para fines de interés general que reconoce nuestra Constitución a todos los ciudadanos.

La AEF opina que el sector fundacional requiere cierta regulación y supervisión, pero no en la línea que marca esta reforma, que conlleva un régimen de control excesivo para las fundaciones. “En un momento de falta de financiación y en el que las Administraciones Públicas se han retirado de los fines de interés general, ahora es el tiempo de la sociedad civil”, aseguran. En este sentido, es necesario que se facilite la gestión y que se dirija la atención a dichos fines.

Mientras las leyes anteriores han contribuido a dinamizar y potenciar el fenómeno fundacional, como cauce a través del que la sociedad civil coadyuva con los poderes públicos en la consecución de los fines de interés general, la AEF considera que este nuevo proyecto representa un paso atrás, al tiempo que pone de manifiesto una enorme desconfianza hacia el sector.

La Asociación Española de Fundaciones es una asociación privada e independiente, declarada de utilidad pública, de ámbito nacional. Actualmente agrupa a más de 1.000 fundaciones españolas de las más diversas dimensiones, finalidades y ámbitos de actuación. Su misión es trabajar en beneficio del conjunto del sector fundacional en pro de su desarrollo y fortalecimiento. Nace en enero de 2003, como resultado de la fusión del Centro de Fundaciones y de la Confederación Española de Fundaciones. Es por tanto heredera del trabajo y de la experiencia de más de 34 años de las asociaciones que la precedieron. Es la entidad más representativa del sector a nivel nacional, y la segunda más importante de Europa en número de asociados tras la alemana.

Enlace al anteproyecto de Ley de Fundaciones

Entrevista a Francisco López en Cadena SER (programa Hoy por Hoy. En el reproductor)