Mi nombre es Alba, y soy voluntaria en la cárcel de Castellón 1, desde enero de 2014. He tenido la suerte de poder trabajar con los internos dentro de la institución, realizando talleres de masculinidades, en el que se desarrollan temas de prevención sobre la violencia, el lenguaje no sexista y los llamados “micromachismos”.
Mi experiencia personal es muy satisfactoria, pues es un momento del día en el que pueden conversar abiertamente sobre lo que piensan de los distintos temas que abarcamos. Muchos de los internos manifiestan la necesidad de ser escuchados y entendidos. Y saber que con solo una hora de mi tiempo a la semana se puede conseguir que vean las cosas desde distintos puntos de vista es gratificante para mi y para ellos.