La nueva conceptualización de las adicciones considera que se pueden desarrollar conductas adictivas a ciertos instrumentos o aparatos (especialmente los electrónicos) como pueden ser las máquinas de premio, las cuales generan sobretodo intensa atracción entre los grupos infanto/juveniles y no en pocos adultos. Pero para desarrollar una conducta adictiva al juego, (también denominada ludopatía) se requiere de una evolución clínica, la cual transcurre como cualquier adicción solamente, que ésta, presenta ciertas características muy particulares o especificas, es decir, que se desarrolla en medios sociales, de ocio y legales.

Normalmente el inicio es experimental o accidental y su evolución depende de factores como la personalidad del individuo, de sus expectativas etc.

Una vez establecido el problema o adicción, el individuo no puede controlar su conducta de juego, aumentando su tolerancia y probablemente acumule cada vez más deudas. La deuda es un problema muy relevante en el mantenimiento de la conducta de juego y produce un malestar significativo en el individuo, por tanto merece un especial interés al principio de la evaluación y plantear una gestión de la deuda en los primeros momentos del tratamiento. La negación es otro de los problemas presentes en casi todos las personas que sufren este problema, así como la minimización de las consecuencias del juego o la disonancia cognitiva, mecanismo psicológico mediante el cual el sujeto utiliza ciertos argumentos como; “solo voy a jugar una vez más, recupero y me retiro, a partir de ahora voy a mantener un juego controlado…”

EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN: ENFOQUE COGNITIVO CONDUCTUAL.

  1. Acogida
    • Recogida de datos y primer acercamiento: Datos básicos personales, datos sociodemográficos y perfil de la adicción.
    • Información del tratamiento
  2. Evaluación psicológica: De duración entre 2 a 3 semanas, individual y familiar
    • Especificación y valoración del problema.
    • Evaluación de adicciones secundarias u otros problemas asociados.
    • Devolución de la entrevista.
    • Diseño del Plan de intervención.
  3. Tratamiento: De duración de entre 3 a 9 meses, individual y familiar
    • Intervención individual: Una vez establecido el plan de intervención individual, se establece una sesión semanal y se empieza el trabajo de deshabituación y de mejora personal. Abordaje de diferentes conductas y problemas, centrado en el problema del juego pero con un abordaje de amplio espectro. Se establece un mínimo de sesiones con la familia u otros de su entorno con el objetivo de educar en el problema para qué realicen las tareas pautadas con el paciente en el medio habitual.
    • Intervención Grupal: Los grupos están formados por un mínimo y un máximo de personas, dirigidos por un terapeuta. Con una periodicidad semanal. Se trabajan aspectos complementarios al tratamiento individual y también beneficiarse de la experiencia de otros adictos
    • Asesoramiento grupal familias: Se considera importante en la valoración y tratamiento del paciente la colaboración y apoyo efectivo de la familia, prestando especial atención a fenómenos como la conocida codependencia, que pueden entorpecer la deshabituación. Por otro lado, la familia, a menudo gravemente afectada en su funcionamiento, necesita de información veraz sobre la realidad del paciente y su evolución en el tratamiento, además de orientación en las innumerables cuestiones que les abordan durante el proceso.
    • Seguimiento. Según evolución: A partir del sexto mes, el paciente deja de venir semanalmente y se establece un plan personalizado individual y familiar de seguimiento, tanto a nivel individual como grupal.